miércoles, 14 de mayo de 2008

Volvemos al pasado que nunca se fue

Esto es inconcebible, que a estas alturas todavía tengamos que aguantar a estos cara-mono (mis disculpas a los primates por tan aberrante comparativo), estos vascos (sí, no nos engañemos, son vascos y quien diga lo contrario miente. Son vascos, de la peor calaña, pero vascos, con el mismo RH que gritaba a los cuatro vientos el Lendakari y que hacía diferente a los vascos del resto de los habitantes de la Península Ibérica, así que no me vengan con idioteces, a ver si ahora los únicos vascos van a ser los buenos) mal nacidos. Es increíble que los que están arriba sean tan inocentes de creer a una panda de desarrapados garrulos (puedes estar sentado en un cómodo sillón de un hemiciclo, llenársete la boca con frases más o menos bien construidas o tener grandes estudios y ser un garrulo). Es increíble que aún quieran dialogar con aquellos que no saben hablar. Es increíble que el resto lo permitamos. Somos unos cobardes.
Es una vergüenza, es un disparate y una mezquindad.
Una oración (aquellos que recen), un minuto de silencio (aquellos que quieran) un instante de recuerdo (aquellos que lo necesiten) para las personas que, ahora mismo, sienten un vacío en su corazón, en su vida, en su alma porque les ha sido arrebatado un amigo, un marido, un hijo, un compañero, un padre, un primo, un hermano….

Texto: Belisker

1 comentario:

Mayte dijo...

Y tristemente, mañana mismo, solo será uno más...que capacidad de olvido tiene este pais...y que poca capacidad de reacción...

Descanse en paz Juan Manuel Piñuel