martes, 20 de abril de 2010

Contrato con Dios

Acabo de terminar unas de las mejores novelas que he leído últimamente: Contrato con Dios. En la última página, el autor, Juan Gómez-Jurado pide a quien ha leído el libro que relea y memorice el poema que da comienzo al mismo y que se lo envíe a sus amigos. Como soy muy obediente, aquí lo dejo para compartirlo con quien aterrice en esta tierra roja.


LA CREACIÓN DEL ENEMIGO

Comienza con el lienzo en blanco
Esboza en él siluetas de hombres, mujeres y niños

Hunde la brocha en el pozo de tu propia oscuridad
Dibuja en la cara de tu enemigo la codicia, el odio y la crueldad
Que no te atreves a reconocer como propias

Ensombrece todo asomo de simpatía en sus rostros
Borra cualquier resto de la miríada de amores, esperanzas y miedos
Que residen en el calidoscopio de su corazón infinito

Deforma su sonrisa en una mueca cruel
Arranca la carne de sus huesos
Hasta que sólo quede el abstracto esqueleto de la muerte
Exagera cada rasgo humano hasta metamorfosearlo
En bestia, alimaña, insecto.

Rellena el fondo de tu lienzo con los demonios y figuras malignas
Que alientan nuestras pesadillas ancestrales

Cuando tu cuadro esté completo podrás matarlos sin culpa y
despedazarlos sin sentir vergüenza
Lo que has destruido, simplemente, es un enemigo de tu Dios.

Autor: Sam Keen
(Extraído de la novela: Contrato con Dios, de Juan Gómez-Jurado)
La reseña se puede leer en: Reseña

lunes, 5 de abril de 2010

Adiós

Siempre es difícil decir adiós, ¿verdad?. Para mi, este adiós es más difícil todavía porque es la despedida a un proyecto, a un sueño que nació hace muchos muchos años, más de 10, y que ha muerto, lo hemos (sí, yo también soy culpable) dejado morir de la manera más indigna. No se lo merecía. Tendría que haber sido una despedida por todo lo alto, una salida por la puerta grande, pero no fue asi.

dearqueologia.com fue la el último peldaño de un sueño que a lo largo de su dilatada vida tuvo muchos nombres y varios colaboradores. Llegó a ser un referente en el mundo de la arqueología lo que, a pesar de lo poco que pude aportar, me llena de orgullo. Sin embargo lo hemos dejado morir. Por unas cosas o por otras nunca teníamos tiempo de actualizarlo, de darle un lavado de cara, de inyectarle nueva sangre y, al final, murió, triste, solitario, vencido.... Lo dejé en las manos que crei eran las mejores, pero no fue así; pensé que lo salvaría ahora que yo me había apartado, pero no fue así. Y todos hemos tenido la culpa.

No sé si alguien leerá estas elucubraciones de una loca sentimental que se preocupa por estas tonterías en lugar de centrar su atención en los problemas que asolan nuestro, su, día a día, pero qué queréis, es mi tontería, es mi corazón, es mi alma o, al menos, un trocito de la misma.
Únicamente me queda agradecer a dearqueologia.com lo que ha hecho por mi. Gracias.