martes, 31 de agosto de 2010

El fin del mundo

Hace tiempo leí un libro de Espido Freire titulado Hijos del fin del Mundo y este año estuvimos allí, justo donde acaba la tierra y empieza el fin del mundo... o eso parece.


Fisterra es tierra verde, montañosa, azotada por el viento y bendecida por un paisaje impresionante, mires donde mires y por un faro, el faro del fin del mundo.... donde el fuego convierte en humo cientos de horas de camino, sudor, polvo y sufrimiento representados en una prenda (debieran ser la botas que los peregrinos han utilizado).

Quedan intactos los recuerdos, las experiencias y las ganas de volver. Porque seguro que volvemos, incluso, tal vez, como peregrinas.... ¡Menuda experiencia!

El final.....

Como dice canción popular, el final del verano llegó..... pero sólo es el final de un tiempo, porque quedan los momentos, los recuerdos, las miradas, la risas, muchas risas, los caminos y lugares descubiertos incluso, o gracias, a perdernos mil y una vez. También quedan las ganas de saber más de todo aquello que hemos visto, aún cuando el lugar haya sido visitado cientos de veces, siempre tiene algo nuevo que enseñar.

Y quedan esos atardeceres.... que no son sino el punto de inicio de una nueva aventura.

Cabo Home (Galicia´10)